Hice un cambio en mi vida pero no noto nada, ¿Por qué?
- Jazmin Segovia Giménez
- 7 ago 2024
- 2 Min. de lectura
''Hice un cambio en mi vida pero no noto nada'': Cuando intentamos incorporar un nuevo hábito, nuestro cerebro y cuerpo necesitan tiempo para adaptarse a este cambio. Esto implica ajustar patrones de comportamiento establecidos y, en algunos casos, desaprender hábitos antiguos. Este proceso de adaptación no pasa de la noche a la mañana.
Los hábitos se forman a través de la repetición y la creación de nuevas conexiones neuronales en el cerebro. La neuroplasticidad (es la capacidad del cerebro para reorganizarse formando nuevas conexiones neuronales) requiere tiempo y consistencia.
Cada repetición fortalece estas conexiones, pero este fortalecimiento es gradual. Al principio, nuestro cerebro puede resistirse al cambio debido a la inercia de los hábitos antiguos y la comodidad de lo conocido. Esta resistencia inicial puede hacer que el nuevo hábito parezca incómodo o difícil de mantener, y superar esta resistencia es parte del proceso de formación del hábito.

Los cambios significativos generalmente están compuestos de pequeños progresos que se van acumulando.
Cada pequeña acción repetida contribuye a un cambio mayor a largo plazo, pero estos pequeños progresos pueden ser difíciles de notar en el corto plazo. Es como plantar una semilla y esperar a que crezca; no vemos el crecimiento día a día, pero con el tiempo, la planta se desarrolla. Varios factores, como nuestro entorno, estado emocional, nivel de motivación y apoyo social, pueden influir en la velocidad y eficacia con la que un nuevo hábito se consolida. Estos factores pueden acelerar o ralentizar el proceso de formación del hábito.
Entender que los resultados no son instantáneos nos ayuda a mantener la paciencia y la perseverancia necesarias para mantenernos en el camino. El cambio duradero es un viaje y no un destino inmediato, y cada pequeño esfuerzo que hacemos es una inversión en nuestro bienestar a largo plazo.






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